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APENDICE. LA LEYENDA DE "JOASORO". En esta leyenda, que aquí ponemos a manera de apén– dice, todo es interesante y bello: El tema, la elevación, el inte– rés y variedad de los episodios, la sencillez y naturalidad de la urdimbre. Nadie podrá negar que en ella hay muchos ele·mentos ne– tamente guaraúnos, de entrP- los c1wl.cs podemos sefía.1.ar los si– guientes: a) El nombre del protagonista JOASORO (jo-a-soro, "el que contempla el agua"; o tal vez corrupción de jo a-soro, ''el del chorro de agiw", denominativos que concuerdan en un to– do con su profesión de aguador. b) La transformación de la caja (mor.·taja de ambos en vida) en espléndida goleta en forma de tortuga. c) La intervención del Creador con el nombre de Ka-Nobo (ªNuestro Viejo"), una de las denominaciones que le dan al Ser Supremo los guaraos. ch) La misma a.cción desvergonzada de la hija del Jefe f'S muy de la raza; y otro tanto podemos decir de la forma del re– to de Joasoro al Gobernador. Sin embargo, la leyenda es a todas l.uces e::eót 'i.ca : 1nás con– cretamente, cristiana. asimilada por los guaraos y relatada a su morfo racial con elenientos propios.