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Lo que Cuentan Los Indios Guar.aúnos Al otro día, muy de mañana, los indios se fueron todos al morichal a recoger fécula de yuruma, sin que nadie se acor... dase de dar de comer a Bejoroida. Al día siguiente volvieron a salir, y así durante cuatro días, sin acordarse para nada del pobre perro. Al quinto día salieron también los indios mayores, dejan– do a los muchachos en la ranchería. Los muchachos comieron sin dar un triste hueso a Bejo– roida; y después de haber comido, se pusieron a jugar. Mas cuando estaban jugando cerca del perro, obligado éste por el hambre, cogió a uno, el más pequeño de los muchachos, y lo devoró. Al regresar los indios del morichal, notaron la falta del muchacho. -jSe lo comió Bijoroida! -les dijeron los niños. El padre del niño muerto cogió un hacha y quería matar al perro; pero se le opusieron los otros indios. -No lo mates, hermano; pues nos ha librado del "Tigre de dos Cabezas". Si se comió al muchacho, la culpa, más que de él, ha sido nuestra, por haberlo tenido tántos días sin darle de comer. -Lo que podremos hacer con él -dijo otro- es llevarlo al mar y venderlo a buen precio a una goleta que pase. Así lo hicieron. Desataron a Bejornida y lo llevaron a las barras. Al llegar a la desembocadura del río, vieron ven:"r, del exterior, una goleta que naveg8.ba a todo trapo. Los indios se acercaron a ella y vendieron el perro a los barqueros. Por eso, desde aquél día los barcos llevan a bordo perros gTandes, que son los descendientes de J abi Bejoroida. 332

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