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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Enanito dió un grito estentóreo: -¡Jojooooooooo! Jabi Bejoroida, ¡pardiez!, yo he ganado la apuesta. ¡Mi enemigo ya está muertoooooo ! Jabi Bejoroida tardó un pocJuito más en liquidar el suyo; pero, al fin, también lo mató. Dijo ENANO; -Bejoroida, ¿ qué hacemos ahora? -Ahora -respondió el PERRANCO- yo me ire a mis a- mos a exigir la recompensa. Pero antes divide en dos a] gre y abre cada uno de sus cuerpos. Enanito Negro abrió uno de los cuerpos del tigre y vió que todo era pura carne magra. Abrió después el otro y se en– contró con que era todo hueso, puro hueso ... Enanito Ne gro picó entrambos cuerpos, y cuando los tu– vo bien picados, dijo al PERRANCO: -Ahora, Bejoroida, procura reprimir muy bien tu genio y tus arrebatos. Yo regreso ya para la ranchería. J abi Bejoroida le dijo: ~Vete y esperadme para dentro de tres o cuatro soles Replicó Enanito: Cuando llegues a la ranchería, no llegues furioso. Procu– ra llegar tranquilo. Después añadió: -iAdios Bejoroida! Te esperamos para dentro de tres o cuatro soles. A los cuatro días llegó también a la ranchería J abi Bejo– roida, todo cubierto de barro y sangre. Los indios -cogieron al perro y lo lavaron muy bien de pies a cabeza. Le colocaron un hermoso cascabel o campañilla al cuello y lo amarraron en la casa con una bonita cadenn. Día se dice en guarao "ya", que significa sol, en su actapciún mental.

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