BCCCAP00000000000000000000484

Lo . que Cuentan Los Indios Guaraúnos Después le dijo: - Vamos a escuchar ... Se puso a escuchar, oído en tierra, y oyó allá enfrente el ruído como de una multitud de tigres (1). Por lo que, volvién– dose al perranco, le dijo: -¡Ajjj .. ! Jabi Bejoroida, ahora sí (¡ue es verdad que va n1os a morir. Pero Bejoroida le contestó con arrogancia: -No jmporta. ¡Muramos allá! f 2 ¡. Enanito remachó: ---Pues hien. i Aunque muramos! ¡ Adelante, Bejoroida! Avanzaron hasta donde estaba el tigre monstruoso de dos cabezas. Al verlo, dijo Enanito: --Ahi lo tenemos, Bejoroida. ¡Cuidado! Enseguida se apeó del chinchorro y descolgó éste del cue– llo del perranco. Y viendo que éste quería arrojarse inmedia– mente sobre el tigre, le dijo: ---Espérate un poco, Jabi BejoToicla. Reprime tu furor. Hagé:mos antes una apuesta tú y yo a ver quien de los dos des– truye primero a su enemigo. Tú te encargas de la cabeza de a– llá y yo me las entenderé con la de este otro lado. ¡ Vamos a él..! Al arrojarse sobre Tobe Kua-Mana, gritó el NEGRITO: · ---¡ Los dos a la vez, Bejoroida. ;,Eh? Si morimos, que sea juntos ... Se abalanzaron sobre el tigre, el PERRANCO sobre una de las dos cabezas y el ENANO sobre la otra. El Enanito luchaba con denuedo, acuchillando al tigre con su machetico minúsculo: ¡Tac, tac, tac! Y al poco rato aque– lla cabeza del Bicéfalo quedó colgada: desprendicfa del cuello. tl l El tigre era único, pero ,como tenia dos cabezas y rugía por las dos bocas, parecía multitud. (2) ¡Qué estupendamente~ exprc,sa esta frase el heroísmo del perro... '.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz