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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Al venir el indio loco, y verlas destrozadas, se echó a llorar. Ro!mpió el torotoro, rompió el espejo y rompió el peine que había comprado para ellas. Puso al fuego la paila con agua; y cuando el agua estuvo hirviendo, se peló con ella la cabeza. Llorando a lágrima viva, repetía una vez y otra: "¡ oh mis mujeres"! ¡ Vosotras me atusabais el pelo; ya no tengo quien me lo atuse ... ! 9<}- -DE COMO OTRO INDIO HIZO TAMBIEN DUELO. POR LA MUERTE DE SU AMOR. Quien primero transcribió ésta leyenda fue el P. Alvaro de Espinosa. En los tiempos cuando los peces hablaban, viv1an ena– morados un indio y una raya. El indio salía todos los días a buscar yuruma; y cuando regresaba, daba dos golpecitos en el borde del cayuco, llamando a la raya. La raya salía al oir los golpes, saltaba a la embarcación y el indio le daba yuruma. Estos idilios los estuvo observando otro indio; y cierto día, mientras el enamorado se entretenía en el moricha! reco– giendo yuruma, cogió su machete y su curiara y se fué al lugar del río en donde vivía la raya. Dió dos golpecitds con el canale– te en la borda de la curlara, y la raya saltó de un brinco en la embarcación, creyendo que era su amigo quien la llamaba. El indio cogió su machete y la mató; la llevó a su casa, la cocinaron y la comieron en familia. Al anochecer regresó a la ranchería el indio enamorado y, como de costumbre, fué a llevar la yuruma a su amiga la raya. Golpeó la curiara como lo hacía siempre; llamóla. Mas la raya esta vez no salió. Volvió a llamar y tampoco salió. 304

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