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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos El indio se marchó a su casa y al llegar se metió en el chinchorro. Vinieron a visitarlo los indios de la ranchería para ver cómo lo habían peluqueado; pero el indio no dejó verse, alegan– do que tenía mucho sueño. Volvieron tres días después, encontrándolo con la cabeza envuelta en trapos. El indio les dijo que hacía aquello para que las moscas no lo molestasen. Pero al otro día lo encontraron muerto, con ia cabeza desollada y cubierta de pus. Después del entierro 1 dijeron a los indios los de la otra ranchería: Así no se peluquea a nadie. Para cortar el primero es proveerse de unas tijeras y de un peine. lo De este 111.odo comenzaron los guaraos a emplear peine y tijeras para arreglarse el pelo (':'). 3,: ---LAS MUJERES DEL INDIO LOCO. Cierto indio que no tenía mujer, se hizo dos de cortezas de un árbol. La una la hizo joven y la otra, vieja. Las llevaba consigo al morichal; las tendía en el chinchorro; y mientras él sacaba fécula de yuruma, las dejaba en su torotoro o maleta de juncos, una a un lado y otra al otro. Cuando caían las palmas, gritaba el loco: "¡Eh!" jCuida– do l ¡No vayas a caer encima de ellas ... ! Cerca del loco trabajaba otro indio. Y como por allí no había otra persona, se decía al oirlo: "Pero ¿ con quién conver– sará ese loco?" ... Se acercó al torotoro y vió las dos muñecas hechas de corteza de árbol. Las partió con el machete, encontrando den– tro cogollos de manaca y frutas de moriche, que era lo que el loco les daba de comer ... (*) Dictó Miguel Rivero. 303

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