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Lo que Cuentan Los Indios GmH':.n'.mos -¿No te había dicho yo, "nieto", que no desataras el en– voltorio? Pues en castigo te voy a dejar amarrado a este árbol más grande. -No, "abuelo". No me amarres y te daré tabaco. -¿. Qué has dicho, qué has dicho? -preguntó Kurakura-. ;. Qué es eso de tahaco? --Tabaco es una hoja que se seca muy bien y se prensa -contestó el guarao-. Después se hace con ella un "lío" que se llama cigarro, y se emplea para fumar. Allí mismo le lió un cigarro y se lo dió prendido para que fumase. Le gusto al viejo la '"fumadera'' y al saborear el cigarro decía: -¡Ay) ''nieto", "nietooooo .. ' jSi esto era lo que yo esta- ha necesitando! Te perdono. Le entregó otro paquete de pescado y le dijo: -Sigue por el camino y no tengas miedo a nadie. El "Cazador de Araguatos" llegó a un rancho de indios y Jes preguntó: -Hermanos, ;. queda muy distante mi casa'! -Tu casa -le dijeron- no queda muy lejos. Está al Jado de una manaca muy alta, cuya copa vas a -ver cuando llegues a la punta de esa vuelta del río. Preguntó algo más adelante y le contestaron lo mismo. Al preguntar por tercera vez, le dijeron: -Tu casa está ahi mismo. Es la que se ve debajo de esa manaca sobre cuya copa está cantando el conoto .. Siguió de largo; y al estar cerca de la manaca se le alegró el corazón porque ya reconoció su casa. Salieron los indios a recibirlo y é.!l ver el paquete, le dtjo su mujer: --¡ Bah, hombre ! (·. Y es ese todo el pescado que traes'!. 268

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