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Lo que Cuentan Los Indios Guaraunos -Herrnano, no me cmnas. Y se encaramó sobre los tirantes del techo de la casa. El tigre rugía bajito y después se fue. Un rato después regresó el hermano en su forma de hombre y le dijo al otro: -¿.No decías, hermano, que no te asustabas'! Yo rugía por allí para ver si me apaleabas; pero no te atreviste ... Desde entonces el hermano menor fumaba del cigarro de su otro hermano ( 1), hasta que aprendió también a conver– tirse en tigre. Cuando ya sabían los dos convertirse en tigres, se dije– ron: - Vámonos a la montaña a ver si rebuscando entre los cadáveres de los indios, encontramos objetos de los enterrados con ellos. (2). Como iban convertidos en tigres, comenzaron a escarbar en las sepultur:::s, y el menor encontró enseguida un hacha y un machete. El mayor no había encontrado nada todavía. -Espérame -le dijo al otro-. Ya yo sé dónde hay algo también. Mientras el mayor se entretenía desvalijando la sepul– tura, el otro se quedó dormido sobre un tronco, con las patas colgadas para abajo. Por allí cerca había un indio trampeando morocoto. Este pescador, creyendo que aquello que colgaba era un tigre de verdad, le disparó una lanza, enterrándosela en un costado. Al golpe, el tigre vino al suelo, pero se levantó enseguida y los dos hermanos marcharon corriendo. (1) Obsérvese la importancia que le atribuyen al tabaco fumado sobre todo, los hechiceros y teurgos. (2) Téngase en cuenta que con el cadáver del indio se entierran tam– bién sus cosas de uso. 258