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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Desembarcaron y se metieron por el monte, siguiendo el sendero que llevaba al sitio donde estaban las dos indias. Al pasar los caribes, bajó del árbol el muchacho y se embarcó a toda prisa, mientras oía los alaridos que daban sus hermanas; y sin volver atrás la cara, corrió a dar aviso a sus padres. -Vengan, padres míos, que me vienen siguiendo los DA– RIAS y ya no puedo más. -¿.Qué te sucede, hijo? -le preguntó su padre-? ¡,Dónde quedan tus hermanas? Pero el muchacho pasó un gran rato en el suelo sin po– der hablar. Le echaron agua en la cara y, al fin, volvió en sí. Vienen los caribes! -dijo al fin-. Traen armas como mar– tillos ele madera y cabezas de muertos colgadas de las bordas. A mis hermanas las han matado y a mí no me mataron porque pude huir sin que ellos !lle vieran. Fue entonces la gente de armas de la rancheri:1, gui::,da por el niño, y encontraron los vestidos, los collares, la piel y la sangre derramada por el suelo. Las dos cabezas estaban al aire, colgadas de un palo. Allí a un lado había unas parriU~s grandes en las que habían sido asados los cuerpos de las dos mujeres. Pero los caribes habían marchado ya para otra parte.