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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos La cabeza la reservó. Mas el resto del cuerpo lo picó en rajitas y las puso a asar en aquella misma hoguera. Asada la carnE.\ recogióla en un mapir juntamente con la cabeza y se fue para su casa. Pero a medio camino tropezó con un árbol en medio del río; detuvo la curiara. Subió al árbol caído y colocó sobre el tronco la cabeza de la india, ladeada co– mo si estuviera dormida; y arrimado a: la cabeza, como simulan– do el tronco del cuerpo, colocó el mapir con la carne de la muerta. Y allí lo dejó. Al llegar a la casa, le preguntó el hermano de su mujer: -¿Dónde dejaste a mi hermana?. -Ella viene despacio - contestó el indio-. Como trae mucha carne asada, quedó descansando sobre el tronco que ahí está un poco más arriba. Puedes ir a ver si viene; porque nuestro vecino ... (1) la estará esperando con impaciencia ... El muchacho cogió de provisión una torta de yilruma y se fue en busca de su hermana; y mientras tanto el matador se subió a la copa de un árhol muy alto. Al ver desde lejos la cabeza y el bulto del mapir, el muchacho creyó de verdad que allí estaba su hermana dur– miendo. Pero al acercarse distinguió el mapir y la cabeza cor– i'ada. Furioso y dando alaridos regresó a casa y preguntó al asesino: -¡ Bestia ! ¿ Qué hiciste con mi hermana? -Pues nada - contestó desde arriba el otro-. Allá la dejé descansando. -¡Bestia! - insistió más furioso todavía -. ¿, Qué es lo que has hecho con mi heramna ... ? El del árbol subió un poco más arriba y le contestó con toda sangre fría: -Allá se quedó, esperando al otro.... (2). O.i El otro amante. (2 > ¡Cómo resalta el rencor de los celos! 197

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