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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Al día siguiente, yendo su marido a buscarla, la en– contró tejiendo mapires. Mas al verlo, puso a toda prisa yu– ruma en el mápir, cogió a sus hijos y se subió a un moriche. El moriche creció de repente y se hízo enorme; de suerte que aunque el indio pretendió tumbarlo, no le fue posible. Los manitos gritaban a su padre desde arriba: -Papá, vente con nosotros. Allí se quedaron ,aquella noche: La mona y los monitos arriba; el indio, al pie del árbol. Y de vez en cuando le tira– ban desde arriba trocitos de yuruma y cangrejo asado, rocia– dos con orines. El indio, que tenía mucha hambre, comía la yuruma y tiraba el cangrejo. Por la mañana dió un brinco la mona y comenzó a huír con sus hijuelos, saltando de un árbol en otro; y saltando, sal– tando. vinieron a dar a un río muy ancho. Al llegar aquí, dijo la mona Hl indio: -Regrésate, pues yo no volveré contigo. ''Mujer-Rana'' me insultó y tú me castigaste a mí y no a ella. Pero la RANA estaba oyéndolo al otro lado del río, y dió un grito estentóreo, llamando a la orilla opuesta para que se juntase con la otra. ¡Ka-Nabo, nao! "; Nuestro Abuelo, ven!" (*¡. Al segundo grito comen7Ó la orilla opuesta a acercarse a la otra; y al tercer grito ya las orillas se estaban tocando. Entonces dijeron los monitos a su padre: -¡Ay, ay, ay, ay, papá! ¡Que ya no te volveremos a ver l. .. En este punto se unieron las dos orillas. La mona brincó al otro lado y los manitos con ella ( "' 1 Esta era una súplica al Gran Espíritu, que los guaraos nombran. Ka Nobo, "Nuestro Anciano", "Nuestro Abuelo". El Gran Espíritu fue quien obró el portento de juntar y separar las dos márgenes del río. (Véase Diccionario Guaraúno). 191

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