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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos • ! ----------·--- ------- ------ -· ~- --------•------ llenaron de hojas secas la cabidad inferior del hueco; y des– pués lo rociaron todo de ajices machacados, lo mismc que el montón de leña. Hecho lo cual, prendieron fuego y comenzó a arder el árhol. Al elevarse el humc1 de la hoguera, el viejo :,:n1guato tosió y dij o a sus hijos: --: Caran1ba ! ¡ Tengo un catarrazo fenomenal! ¡ Nos con– tagiamos I todos ... ! Al poco rato, con el calor~ el humo y el olor picank· de los ajices bravos cayó al fuego la vieja, estornudando. ·Des· pués fueron cayendo también los araguaticos ... Al caer el tronco de mora, comido por el fuego, Guay Aidamo se huyó al monte. Y nunca más se le volvió a ver. Al cabo de una semana fueron los indios a yer el ~i- tio, y no encontraron más que las cenizas del incend:o. Al removerlas, salió una bandada de mu.Tciéla 6 os. Al volver a removerlas, salió una multitud de lagartija8 Y al removerlas por tercera vez, sa.lió una handada de pajaros negros. Transcurrido un mes, volvieron los indios, encontrán– dose en el lugar un plantel de bananos en toda lozanía, pero que aún no tenían fruto. Al mes siguiente ya el banand estaba cuajado de }Jlá– tanos maduros y el suelo aparecía cubierto de auyamas, yuca y tubérculos de toda especie. Comieron cambures maduros, encontrándolos sabrosos. Trataron de comer los verdes y los encontraron desabridos. Entonces encendieron una fogata. Asaron los plátanos verdes; y asados, los encontraron agradables para comer. Asaron después la batata, la yuca y la auyama; y to– do lo encontraron bueno. Asaron, finalmente, la caña dulce, y, asada, no les de– sagradó; pero se dieron cuenta de que era más agradnhle chu– pándola cruda. 171
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