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4.- EL CABELLO DE LAS MUJERES. Se oye por la región de Gt,ayo. En un princ1p10 las mujeres igual que los niñ!)s ü:nfan la cabeza pelada. El cabello era patrimonio de los varones. He aquí cómo las mujeres comenzaron a tener cab-:::llo. Cierto indio emprendió un viaje con su mujer, sorpr::.~n– diéndolos la noche en el punto más estrecho de un cafi.o lla– mado Naba Sanuka, en una de cuyas orillas encontraron una choza abandonada. Asegurar01: la curiara y colgaron sus chinchorros en e1 desvencijado rancho para pasar la noche. Pero allí cerca Yivfa un duende, du;::~ño del lugar, al cual pertenecía cuanto había a una y otra margen del caño, d8 modo especial, las mujeres que allí recala'b~u1. Esperó el duende a que el indio se durmiera proíunda– mente; y a eso de la media noche se acercó al chinchorro don– de yacía la mujer, la cual se negó ·a reconocer el derecho !;ne el duende akgaba como marido de cuant:.1s lle:~aban al caúu. -Yo tengo marido -le dijo la india-. A tí no te porque eres horroroso y me das 1niedo. Al verse plantado el feo duende, cogió un cuchillo " le cercenó el cuello. Al alba despertó el indio y comenzó a llamar a su esposa. Mas la esposa no le contestaba ni daba s-=ñales de vida. -¡,Le habrá ocurrido algún accidente?-se preguntaha aquél. Se levantó muy alarmado y acercándose al chichnrro que ocupaba la india, la encontró degollada y empapada en un charco de sangre. El indio comenzó a plañir y a dar gritos sin cunsuelo. 12.- GUARAO
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