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Lo que Cuentan Lus Indios Guaraúnos Y salió una curiara estupenda del tamaño de una go- leta. Después de esto se embarcaron Jahuri y Guauta y emi– graron para un país lejano, al otro lado del ""mar de arriba;' ( ) Al niño lo dejaron solo en la casa de Guauta. Pero al despedirse le dijo Jaburi: -Procura tú mismo buscarte compañía, hadéndote hi- jos como yo te hice a ti... Y lo dejó en el bosque. Al verse solo el niño, comenzó a p1·ocurarse compañíH. Con su propio machete lahróse un hijo de un t:ronel (fo y le dijo: --Tú eres el hijo mío. Mas aquél hijo, de palo, no tenía vida. No hablaba. "Nü era persona. El muchacho, pensativo, bajó los ojos y pasó un buen rato mirando al suelo. Al lew~ntarlos, vió delante de sí una niña, en lugar del palo que había tallado con su machete. Algún tiempo después se casaron los dos y prncrearon hijos semejantes a ellos mismos. Y de aquellos hiJos fucrnn saliendo las tribus y familias de todos los indios que 011 Ia tierra. Pasados muchos años, regresó J aburi para ver qué ha– bía sido de aquel niño que él mismo había dejado en medio del bosque. Pero al pasar con su curiara, se encontró con que todos los ríos y caños estaban llenos de ranchos y poblados de in– dios y de indiecitos. Y Jaburi decía al verlos: -Kokotuka tarnatuma m-a1.lkarnotu:rna. ;'Todos estos in– dios son hijos míos" ... (':') Recuérdese lo dicho en la sección del "Mundo Sideral". 144