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Lo que Cuentan Los Indios GEaraúnos El pozo lo rodeó de una empalizada y lo adornó colo– cando alrededor estatuíllas de persona humana, hechas de ba– rro, para que al verlas, los NABARAOS no se acercasen. Al marcharse a pescar, dij o a sus hermanas: -Y a teneís el pozo para bañaros; pero no lo hagaís has- ta que yo regrese. saber.. Al desaparecer lVIá1·ia-Guári: dijo a la menor la otra: -Hermanita, vamos a bañarnos al pozo. -No, que nos lo ha prohibido Márla-G1.tári. La hermana se bañó. Al regresar Mária-Guári) preguntó a las muchachas. -¡, Os habeis bañado? -No, hermano. -¿ Os habeis bañado? -volvió a preguntarles. -No, hermano; no nos hemos bañado. -¡ Que no os habeis bañado? Muy pronto lo vamos a A les pocos días la hermana mayor aparecía embarazada. -¡,Veis como es verdad que os habeis bañado? -les dijo Mária-Guári. -Hermano -preguntóle la menor-. ¿ Cómo se explica que sin tener marido se encuentra así nuestra hermana ... ? -Pues porque se bañó sin es.tar yo aquí, ¿sabes? Pero pronto nos enteraremos si ello es embarazo o es otra cosa. Desde entonces aquella muchacha parecía tener azogue. No podía sosegar. Se iba sola al monte y andaba constanter11ente de un lado para otro. Cierto día al regresar de la montaña, traía acuestas un enorme mapir repleto de frutas de purgo o balatá: llamadas en guarao kube. Al ver la fruta, dijo Mária-Guári a la otra hermana: 132

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