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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos La niña fue creciendo. Al ser mayorcita, se bañaba todos los días. Y siempre que se bañaba iba a la casa del N;ABARAO, su padre, y cuando . regresaba, salía siempre con morocoto fresco, que llevaba a su mamá para que lo asaran y comieran. dre. -¡, De dónde traes este pescado? -le preguntaba su ma- Y ella respondía: -Me lo dió mi papá. Pero como la muchacha había nacido con mucho pelo, el marido decía a la india: -Esa niña no es hija mía; debe ser de otro. Por las noches decía la niña a su madre: -Mamá, quiero ir a bañarme. La madre le replicaba: -Pero ;,porqué no duermes de noche, hija? -Es porque mi papá me está llamando a cada rato. (Todo esto sin que el indio la oyera). Salía, pues 1 la muchacha hacia el río como si fuera a ba– ñarse; pero en vez de bañarse, se iba a la casa del NABARAO, _su padre. Al volver a casa, le dijo al oído a su madre: -Madre, véte al río, que te está llamando mi padre, el NABARAO. La india no le hizo caso. Como la india no iba, vino el NABARAO por la noche y cuchicheaba con la mujer en voz bajita, así como bisbeando. Le dij o su marido: -¿, Por qué estás hablando sola a estas horas? Duérmete y calla. -Es que el NABARAO viene a molestarme -le contes– tó la india. 130