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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Al punto se hundieron ambos y Kua-Simo la Hc·:ó a la casa de sus padres para que Ja vieran por última vez. Pero cuando los NABARAOS la estaban mirando, !{iw– Simo se la tragó viva. Hoy en día los NABARAOS están enojados con los in<lios. En otros tiempos venían a visitarlos en paz; pero desde que la dueña de Kua-Sirno se fué a bañar teniendo calentura de su achaque, los NABARAOS no han vuelto a salir del agua en pI::in de amigos. Al contrario, cuando las indias van solas a bañarse, los NABARAOS les salen v se las llevan pé.!ra sus tierras. 6<-' LA HIJA DEL NABARAO. Comprueba lo que decíamos sobre la creencia de los indios en la cohabitación de los NABARAOS 1con las mu– jeres indias y en los engendros de tales uniones. Se oye en la región de Araguao y Güinikina. Dictado por Cam– pero. Un NABARAO llegó cierta noche al chinchorro en donde estaba una india durmiendo. El NABARAO era muy alto y todo su cuerpo estaba cubierto de pelo. Después de un rato de estar con la india, se marchó al río; y mientras marchaba, iba gritando: "¡ Glu ! ¡ Glu! ¡ Glu!", así como burlándose del marido. El indio, al oirlo, se fue tras de él para matarlo. Pero el NABARAO se zambulló en el agua. Al amanecer volvió el NABARAO y supo que ya la india había dado a luz una niña, que él había engendrado la noche anterior. La niña del NABARAO ya comía al nacer. 11.- GUARAO 129
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