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Lo que Cuentan Los Indios C_}u_a_r_·a_ú_n_o_s______ Pescador, trabajador, navegante, esta raza de indios que actualmente pueblan el litoral deltano y que han poblado tántos otros lugares del Continente y de las islas, siempre se nos ofrece como la raza guarao. la de los "hombres de canoa'\ la de los "hijos del agua" .. Por aquellas latitudes las aguas son las sefioras. Seño– ras de la tierra, que anegan cada doce horas; y seiíoras de sus habitantes, que viven a sus expensas y que lY) pueden n1over un píe sin contar con ellas. Aquelfas t e:tras fangosas del li– toral son feudo de las mareas, y nadh; p(,drC1 hol]arh-:; c::·.:;.1 respetar los derechos de éstas y guarcl:: m.do su turno, cuando las aguas se retiren. AMIGO DEL AGUA En cuanto a entenderse, no hay amigos que mejor :-;e entiendan que el guarao y el agua. ¡ Pal'ecen enamorados! ~::>2- ro son, más bien, hijo y madre, con lJ cu,::ú di::1l0ga confiden– cialmente el indio a cada hora. Dentro del agua el guarao respira fuerte y se siente feliz, como en propia casa. No lo asust.t su mole ni su furia; ni tampoco lo aburre su persistencia y su m.onotonía. Ade– más, él, que nació en el agua y en ella ha vivido siempre, co– noce al dedo sus secretos y cuanto con ella se relaciona. SIERVO DEL AGUA Sabe el guarao que la tierra es pertenencia de la rnarea y que si ha de servirse de ella en propia utilidad, ha de ser, por consiguiente, respetando los derechos de la marea, que ella no transfiere jamás. Por eso cuando el indio tiene que dejar el pa– lafito o el cayuco internandose por el monte a buscar frutas, cazar o hacer sus siembras, lo hará después que la marea se ha,ya retirado, dejándole la tierra descnbierb; y será punLual como ninguno para estar de regreso en el palafito o en el cayuco, cuando la marea, en su flujo, esté también de regreso hacia la tierra, ocupando nuevamente sus dominios. 106
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