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Lo que Cuentan Los Indios Guaraímos -Según eso, Pahlito, le dije a éste, el arco iris será propagador de enfermedades'? -¡Claro!, responde el indio. El arco iris desde las nubes está enviando continuamente "espíritu de enfermedad" sobre la tierra. --Mira, Padre, intervino l\fartín, tirándome suaYemen:e del capucho. Aquél que ves por encima, es el marido. Y el que está debajo es la mujer... 2 "USIRUMANI" ( "Lo Mi,,jer de Jobon l _ Gua1·aúna de pies a cabezn, la presente leyenda fu•_' dictada hace mucho por el excelente y nonagenario in– dio Campero, quien afh·1naba haberla oído coniar a sus abuelos. Hablaba bien el castellano, era güisiratu -:-' muy aprecíado por los incüos y los criollos. Toca el tema del día y la noche. el sol y la obscu– ridad, y f 1 l orige11. dPl color de las ave!':. Al principio no había sol ni noche y las cosas no tení– an color. Tanto la noche como el día ernn patrimonio de dos ¡na– ches teurgos, llamados Imarw,icforotn ("Scúor de la ob;-,;cura no– che"), y Joko}iarotE ("Señor del sol"), respecfrvamente. La OBSCURIDAD la tenía Imanaidarofn enyudta c;.1 un pañizuelo y escondida en su torotoro o cesta piuchera. Cuando salía de casa, decía a los indos: -No andéis con mi torotoro ("') El día que me toquéis nü toroíoro,, desaparecerá la luz y no podróis ver las cosas. 1 J Torotoro, e;-;pecie de petaca o maleta, tejida de material de cestería. donde los indíge1rns guardan Slb objetos. 95

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