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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Volando al estilo de los zamuros, o sea, describiendo círculos, remontaron el espacio e iban ya muy altos, casi ro– zando las nubes. Entonces llamó el indio a la zamuro para preguntarle: -¿Nos queda aún muy lejos la casa de tus padres? ¡M- jú ! -contesto ella-. Tenemos aun vuelo para to. Miró el indio hacia abajo; y desde aquellas alturas le parecía la tierra hermosa en ex,remo, variada y algo así co– mo recién nacida. Siguieron volando, volando y describiendo círculos ha– cia arriba, hacia arriba; hasta que, después de mucho volar, divisaron la población de los zamuros. Pero todavía a muchísin1.a distancia. Volvió a mirar para abajo el indio, y ya no ver la tierra de tan altos que iban. Volvió él a preguntar a la zamuro: -Esposa, ¡, estamos cerca? -Ten un poco de paciencia --respondió ella- y no me vuelvas a p:reguntar. Cuando estemos cerca te avisaré. -Momentos después pasa:ban rozando fa bóveda del firmamento o NAJA-MUTU, y llegaron al ªpaís de los zamn– ros", cuya población tenían ya a la vista. El indio se quedó un rato contempfo.ndo, a lo fa.rgo ck~ las calles, el aspecto de las casas y el panorama de la ciudad. Después despojóse de aquella especie de vestido alado que traía, y lo colgó detrás de .la puerta de la ··"·'·, ... v·.n, cusa. Preguntó a la mujer zamuro: -¿ Cuál de ésas es la casa de tus padres? La mujer contestó, pero en voz tan quedita, que ape– nas se le oía: