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ALEJANDRO DE VILLALl'v10NTE AUNQUE NO HUBIERA CIELO: MÍSTICA DEL AMOR PURO YTEOLOGÍA DE LA CARIDAD EN DUNS ESCOTO Si, por imposible, Dios no fuese nuestro creador ni nuestro glorificador, todavía deberíamos amarle con sumo amor, sólo por ser Él el sumo Bien (Bto. J. Duns Escoto). La primera frase del título está tomada del célebre soneto, "No me mueve, mi Dios, para quererte", que en el v. 10 dice: "Aunque no hubiera cielo, yo te amara". La frase segunda menciona la mística del amor puro. Movimiento espiritual de gran importancia, sobre todo en la Francia del siglo XVII. Se supone que ambos eventos tengan algún parentesco interno y doctrinal. Porque la mística española del siglo de oro ( expresada en el soneto) influyó notablemente en la mística del amor puro que floreció en el grand siecle francés. La mención de la teología de la ca– ridad en Escoto supone que ella pudiera tener algo que decir en la mencionada corriente de espiritualidad. En realidad, nuestra intención principal al escribir este artículo ha sido la de ofrecer alguna reflexión sobre la teología de la caridad en Escoto. Y, desde ella, buscar la presencia que haya podido tener en la historia de la espiritualidad católica tipificada en el soneto y en la mística del amor puro. Al final, se hará alguna indicación sobre el influjo que la teología de Escoto sobre la caridad podría tener en algunos problemas teológicos y pastorales de la actualidad. El texto del soneto dice: No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo, que me tienes prometido; ni me mueve el infierno, tan temido, para dejar por eso de ofenderte.
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