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326 4 L E J A N D R O DE VILLALMONTE 6 para Dios. Y de aquí recibe su unidad y su orden y el nombre que lle– va de teología 6 • Sin perjuicio de este que llamaríamos "teocentrismo absorbente", todavía encuentra san Buenaventura, que Jesucristo puede ser llama– do igualnwnle "sujeto'' de la ciencia sagrada. En efecto, en toda ciencia, además del sujeto radical, hay un s11fé– to ínlégral de la ciencia: como en la gramática, el discurso conn,1üen– te y perf celo es el lodo integral, al cual se ordena el estudio eiltl'ro que se hace en esta disciplina. Así Cristo forma una especie de lodo integral, en el cual se unen y se relacionan todas las realidades de que trata la teología: Por ser Dios y Hombre podemos estudiar en torno a Cristo toda la materia de los libros primero y segundo, que tratan del Creador Dios y de las creaturas. Por ser El Cabeza del Cuerpo l\Iísti– co, podemos estudiar de nuevo en torno a Cristo los libros tercero y cuarto que tratan sobre el Verbo encamado y sobre los sacramentos de la Iglesia 7. En el Sentenciaría no aparece la fórmula; pero se puede perfcctamenle afirmar que para el doclor senífico el sujeto integr:·¡] cló la teología es el Cristo Total: Dios-Hombre-Cabeza que rige los miem– bros del Cuerpo Místico. Un todo integral lo definían los escolásticos: lo que se predica de \arios simultáneamente, pero en todos por predicación accidental: un todo integral resulta de sus varias partes; pero ninguna d{' las partes es el todo, ni ha de predicarse del todo 8 • La razón de por qué un to– do integral sólo accidentalmente se puede predicar de las partes, está en que las partes se distinguen realmente del todo. Esto aparece ob– vio en la consideración de cualquier compuesto integral, por ejemplo, el cuerpo humano. En nuestro organismo los diversos miembros son partes integrantes del todo, pero no se predican unas de otras entre sí. 6. <(Quia vero theologia sermo est de Deo et de primo principio, utpote quia ip– sa tanquam scientia et doctrina altissima omnia resolvit in Deum ... ideo conatus surn rationem sumere a primo principio, ut sic ostenderem, veritatern sacrae Scrip~ turae esse a Deo, ele Deo secundum Deum et propter Deum, ut merito ista scientia appareat una esse et ordinata et theologia non immerito nuncupatan. Brev., prnl.. § 6 (V, 208b). 7. «Subiectum quoque, ad quod omnia reducuntur, quae determinantur in hoc libro ut ad totum integrum, est Christus, prout comprchend1t naturam divinam et humanam, sive crentum et increatum, de quibus sunt duo primi libri; et caput et membra, de quibus sunt duo sequentes». I Sent., prooem., q. 1, resp. (I, 7b ). 8. I Sen t., dist. 29, p. 2, div. textus; (I, 354b ). -· lb., art. unic., q. 1, arg. 5 U, 355b).

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