BCCCAP00000000000000000000481

362 ALEJANDRO DE VILLALMONTE 42 en torno al mistério dé Cristo. Si estudiamos el misterio de Cristo en su origen eterno nos lleva al tratado de Dios uno y Trino. Dios que "prepara" el mundo natural y sobrenatural para que en él se revele el misterio de Cristo: la obra de la creación, la cosmología, la antro– pología tienen una esencial e intrínseca referencia a Cristo. Luego, d misterio de Cristo se revela en el tiempo, en la persona de Jesús, Dios– Hombre y se continúa perennemente en la Iglesia, Cuérpo Místico de' Cristo. La Iglesia colectivamente, e individualmente cada cristiano, viven la misma vida de Cri5to, por la gracia y por los sacramentos, ac– ciones de Cristo viviendo en la Iglesia. Los "Novísimos" serán la re– velación plena del misterio de Cristo en nosotros, indh·idual y colec– tivamente, para ser glorificados con Cristo, o para ser condenados por no Iiaber creído en Cristo 84 • Mejor lograda, más consciente y sistemática es la orientacion cris– tocéntrica que Sc.HMAUS da a su voluminosa Dogmática. Comienza por seiialar como objeto de la teología a Dios, pero no es su maje.~tad le– jana, sino "en cuanto se nos ha revelado en Cristo''. El objeto formal de la teología, afiade, lo sefialaba santo To1ruís en la razón de Déi– dad; pero la teología posterior ha desarrollado ulteriormente este mo– do de determinar el objeto de la teología. Se quiere volwr al pénsa– miento de los escolásticos pretomistas que daban una orkntaci()n más cristocéntrica a la ciencia sagrada. Se puede, pues, decir que la teolo– gía trata de Dios y de sus obras, pero en cuanto se nos revelan en Cris– to. La teología intenta ver a Dios en la medida en que Dios resplan– dece en la cara de Cristo Jesús 85 • Y esta orientación inicial está man– tenida constantemente a lo largo en los má5 diversos problemas, a lo largo de todo el sistema teológico 88 • El P. Emilio MEnscn estuvo preocupado a lo largo de su numerosa il4. LERCHER, L., S. J.: lnstttuctones 'I'heologiae tJogmaticae, ed. 4 y 5, rnarce• lona-Oeniponte 1945-1951). Pueden verse especialmente vol. I, pg. 1, 110, 191; vol. III, pg. 1-4; vol. IV/1, pg. 1, 47; IV/2, pg. 1; vol. IV/2 p. 2.ª, pg. 419. - Obsérvese que en esta edición colaboran otros teólogos de la universidad de Insbruk, centro del movi– miento por una teología kerígmátíca, y especialmente los PP. DANDER y LAKNER 85. SCHMAUS, M.: Katholische Dogmatik, 5te. Aufl. (München 1953) I, 24-25. 86. Orientación cristocéntrlca de la doctrina Trínitarla vol. I, pg. 280-281; de la doctrina de Días en g~neral, pg, 488, 564-567, 570. Schmaus entiende el prí,nado de Cristo en forma similar a la escotista, por Jo cual toda la teología de la creación no puede menos de ser- intensamente cristocéntríca cfr. vol. II, pg. 51-53, 289, 373, por ejemplo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz