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348 AL E JAN O· RO D E VILLALMONTE 28 la tesis del Primado 52 , pero la solución final es: "hay que conceder, según lo exigen las autoridades y razones alegadas, que la razón pri– mordial de la encarnación fue la redención clPl g{>nero humano, aun– que a esta razón haya que aüadir otras muchas razones de conYenien– cia" ó 3 _ A f:sla postura infralapsaria hay que atenerse en el estndio de san Buena\-entura. Y él mismo se atuvo a ella en forma constante, cuando se trataba de las aplicaciones de la tesis en orden a concretar el puesto de Cristo en la economía de salrnción: con relación a los :fo– geles, a los hombres, al universo entero, en el orden sobrenatural y en el orden natural. Descendiendo ya a las di\-ersas clases de seres creados tene– mos que: los árzgt'les, ni en su realidad natural, ni en la gracia y gloria que ellos reciben tienen una relación esencial y necesaria a Cristo, a su Hn– manidacl. Les fueron concedidos todos los dones como gracia r1e Dios, ne como gracia de Cristo. San Buenaventura habla de una expresa -:,.· más inmediata relación de los ángeles al Verbo que, en cuanto tal, es ejemplar de los ángeles, como lo es de toda creatura. Son los ángeles hijos adopth·os de Dios por influencia del Verbo ó 4 • En algunas oca– sione~ habla largamente el Doctor seráfico de la influencia de Cristo en los ángeles; pero siempre hay que entenderle a base de de estas otras 52. III Sent. o. 1, art. 2, q. 2 (III, 21ss); Trata aquí exprofesso y a fondo el pro– blema del Primado de Cristo, el puesto de Cristo en la Economía de salvación. San Buenaventura enuncia el problema mejor que ninguno de sus predecesores en esta forma: «quaenam fuerit incarnationis ratio praecipua». A la opinión contrnria la re– conoce san Buenaventura gran probabilidad desde un punto especulativo, sobre todo (Ib. 24b, 25b ). Serla interesante estudiar hasta qué punto la opinión rechazada por el Doctor seráfico coincide con la defendida posteriormente por Escoto. Porque, auto• res antiguos, como el Ps-Dionisio, defienden el Primado de Cristo en un sentido bas– tante G1stinto del escotista; Cfr. SEMMELROTH, O.: Erlosung und Erléiser im Sys– ton des Ps-Dionysius Areopagita, «Scholastik» 20-24 (1944-1949) 367-379. --- Son varios los textos en que san Buenaventura parece presentar la encarnación de Cristc, en in– c!Bpendencia del pecado: III Sent. d. 1, a. 2, q. 1, resp. (III, 20abl; y vari>1s de las ra– zones de la opinión contraria que él juzga probables, Jl>id. (III, 22b-23ab-24ab l. III Sen t. d. 32, art. unic., q. 5, ad 3m; (III, 70Gab). De rPC/uct. art. ad Theolog., nr. 20 <V, 324bl. Sobre todo la idea de Cristo «tenens mcdium in omnibus», Collat in He:c., co!l, 1, nrs. üss (V, 330ss). 53. «concedcndum est .. quod praecipua ratio incarnalionis fuit redemptio huma– ni generis, quamvis multae rationes aliae congruenti:.:~e huic rationi sint annexuen. III Sent. d. 1, a. 2, q. 1, resp. (III, 25b) 54. Sobre la influencia de Cristo en los ángeles cfr. III Sent. d. 13, a. 2, q. 3 (V, 288-290).

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