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27 CRíSTOCENTRiSMO EN SAN BUENAVENTURA J.¡7 recto de ésta acción e influencia en la creación no es Cristo, Hom– bre D1os, sino la persona del Verbo y sólo por comunicación de idio– mas e indirectamente se le puede atribuir a Cristo. Una aillénlica orientación cristocéntrica de la creación entera,-ángeles-homlm,s– mundo sensible, orden natural y sobrenatural-, sólo es posible r·uan– do se afirme que Cristo la Ilmrnmidad de Cristo asumida y unida ali Verbo, ha sido querida por Dios como "principio de sns caminos··, como lo primero y la rnz<>n de querer todas las demás cosas. De tal modo que la Humanidad sacratísima se conYierta en la auténtica causa diciente, ejemplar y final de cuanto Dios ha creado en el orden sobre– natural y en el orden natural. Coincide aquí el crislocentrismo c0n el famoso problema del primado absoluto de Cristo. Quien admita el primado absoluto de Cristo, su predeslinación antnior y superior a la de los ángeles y hombres y a la misma predsión diYina del uniwr– so, puede mantener exigencias a una visión crislocéntrica de la ff'ali– dacJ creada lada entera. En un sistema ínfralapsario, (\'i decir, que pon– ga la predc,,linaci6n de Crislo después de la previsión del pecado ori– ginal, ya no se puede hablar de un crislocentrismo en sentido riguro– so. Al menos a nosotros no nos interesa un cristocen trismo lcolcígico edificado sobre esla base. •-- Cuando se postula una afirmación 1Jela del Primado absoluto de Cristo. no hay que pensar, sin más. en la ma– nera cscolis!a de explicar este Primado. Pueden darse otras forma, 111,Ís completas y más conformes con los datos re, elados y rnenns li– bre, dC' dific111ladcs. I'Ho quede siempre a salrn la tesis fundamental. ¿Admile san BuenaYentura una ordenación rigurusamentc C'i isto– céntrica de la obra entera de la creaeión? Ello lendni lugar tínicamen– le si la Humanidad de Cristo se nos presenta corno la causa dkic-ute, ejemplar y final de todo cuanto existe en el orden sobrenatural y en el orden natural. San Buenaventura no esd. en este caso: negado por él el Primado absoluto de Cristo en la creación natural-sobremüural, su crislocentris– mo ya no pudo ser completo en este punto. Al señalar el puesto de Cristo en la economía de salvación san :Bue– naventura se decide, finalmente, por una posición infralapsaria. Tieuc muchos textos e ideas que fayorecen la tesis del Primado absoluto de Cristo. Incluso al estudiar exprofoso la cuestión del mcti\-o primario de la encarnación su "pensamienlo"' teológico parece inclinarse hacia

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