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46 P, SOBRADILLO y que tuvo en la Universidad de Utrech, decía: «Las vir– tudes indispensables (de fos progenitores) pueden resu– mirse en una sola palabra: normalidad. Es necesario que los progenitores no se separen demasiado de la línea ge– neral del tipo normal, que no sean ni muy altos ni muy pequeños, que no tengan enfermedades físicas. Los joro– bados, los «culs de jatte», los débiles, deben ser descarta– tados. Incluso quizás también todos aquellos cuya fealdad sobrepasa la de los muy feos» (1 ). Y después de enumerar a todos aquellos a los que él cree que se les debe prohibir el matrimonio, añade: « La lista de los individuos a los cuales se les debe prohibir el matrimonio no sólo deben comprender los débiles y enfermos, sino también los idio– tas, los dementes y los criminales... ¿Qué nos importan los criminales, los sordomudos, los raquíticos, los epilép– ticos, los dementes que aportarán a la raza futura gérme– nes pestilenciales?» (2). b) Los crimimles. Los eugenistas proponen también prohibir el matrimonio a los criminales, a lo menos, a los habituales, ya que pretenden que 1a criminalidad se hereda. Goring, médico de la prisión de Parkhust (Inglaterra), publicó en 1913 un trabajo con el título The englisch con– vict. A. Statical study, en el que, después de haber hecho investigaciones sobre 1.423 familias <le criminales, llega a las siguientes conclusiones: « La criminalidad se hereda en proporción igual a la tuberculosis. El 68 por 100 de (1) RJCHET, L c., pág. 47. l2) RJCHET, l. c., págs. 53-54.
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