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30 P. SOBRADILLO de las teorías eugénicas: «La ciencia que se propone como fin el mejoramiento de la raza humana por medio de la selección de los caracteres hereditarios, ya sean estos ca– racteres físicos, intelectuales o morales» (1). Los eugenistas repetidas veces dicen que no persiguen otro fin que aplicar al hombre los distintos métodos em– pleados en la cría de los vegetales y animales: «La Euge– nesia, dice Schreiber, busca la posibilidad de reemplazar la selección natural por una selección artificial, análoga, bajo ciertos aspectos, a la empleada para mejorar las razas de animales y vegetales» (2). Y el Dr. Richet, en una confe– rencia pronunciada en 1921 en la Universidad de Utrech, se lamentaba de que con tanto cuidado se seleccionasen los animales y plantas, y se descuidase la selección en la especie humana: «Nos dedicamos, decía, a obtener razas seleccionadas de caba11os, perros, cerdos, hasta de cirue– las y remolaéhas, y no hacemos nada para criar razas hu– manas menos defectuosas, para dar más vigor a los músculos, más belleza a los rasgos, más agudeza a la in– teligencia, más prontitud a la memoria, más energía al ca– rácter, ni siquiera nos esforzamos por obtener mayor lon– gevidad y robustez. ¡Qué incuria tan increíble por nuestra parte! ¡Qué deplorable incomprensión de las cosas! ¡Qué negligencia más criminal para con el futuro!» (3). A conti- (1) NOGUERA, Moral, EuF{enesia y Derecho, Madrid, 1930, pág. 61. (2) ScttREIBER, Eugénique et Mariage, conferencia publicada en el opúsculo Eugénique et Sélection, 870. (3) RICHEZ, La Sélection humaine, conferencia publicada en el opúsculo Eugénique et Sélection, pág. 34.

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