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24 P. SOBRADILLO dos, para cuya propagación cuidamos de que cubra siem– pre la hembra un ser de la misma especie, pero de más noble y más pura raza. ¿Quién procuró jamás con el ahin– co que exige la importapcia del asunto que intervengan en nuestros enlaces ciudadanos de rectas costumbres, de ex– celente ingenio y distinguida índole?... ¿Quién además bus– có nunca por consejo de los médicos el tiempo y las horas aptas para la generación, cosa de tanta trascendencia?» (1). 4.-Los Eugenistas Los postulados de impedir el matrimonio a los enfer– mos hereditarios o contagiosos apenas encontraron acogi– da en la opinión pública hasta la aparición de la Eugene– sia, cuyo fundador fué Galton, primo hermano de Darwin y que nació en 1882 y murió en 1911 (2). Galton en épocas diversas publicó varias obras acerca de temas eugénicos, siendo las principales: Hereditary Ge– nius (editada en 1861), Inquiries into the Human Fáculty and its Development (en 1883) y Natural Inheritance (en 1889) (3). En la segunda de las tres citadas obras empleó Galton por primera vez la palabra Eugenesia (4), llamando con es– te nombre a la ciencia cuyo objeto es «el estudio de los (1) Véase en la Biblioteca de A11to!'es E.1paüoles, edic. Ribadeneira, tomo XXXI, pág. 498. (2) Cf. N1sor, l. c., pág. 14. (3) Cf. NISOT, l. c., pág. 27. (4) De las palabras griegas, el adverbio éii bien y el sustantivo ·íbr1:; = nacimiento, raza. Algunos autores en lugar de Eugenesia em– plean la palabra E11génica.

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