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10 P. SOBRADILLO los hijos que deben abandonarse y cuáles han de criarse, hace falta una ley que prohiba alimentar a todo hijo de– forme (1 ). En cuanto al número de hijos (pues los na– cimientos deben limitarse), ya que las costumbres no per– miten abandonar un hijo, si algunos matrimonios son demasiado fecundos es preciso provocar el aborto antes que el feto reciba el sentimiento vital» (2). Por último, aconseja a los padres avanzados en edad que renuncien a tener más hijos: «Los hijos de padres vie– jos, como los de padres demasiado mozos, por lo general son incompletos de cuerpo y de espíritu; suelen ser tanto más raquíticos y endebles cuanto más viejos los padres... Así, pues, cuando se pasa cuatro o seis años de este térir.i– no (50 años) se debe renunciar a tener hijos» (3). b) Los libros sagrados de la India En el Código de Manú (4) se establecen normas muy minuciosas acerca de con quién se debían casar los inicia– dos. Así en el libro III, que trata del Matrimonio y de los Deberes del Jefe de Familia, se ordena: «4. Que, habiendo recibido el asentimiento de su director, habiéndose purifi- (1) En Esparta, sin embargo, los niños débiles y enfermos eran pre– cipitados del Taigeto. Cf. WEis, Historia Universal, traducción de Ruiz AMADO, vol. 11, Barcelona, 1927, pág. 397. (2) ARISTÓTELES, l. c., 11. 10, pág. 201. (3) ARISTÓTELES, l. c., n. 11, pág. 201. (4) Se ignora la época en que fué redactado el Código de Manú. Se– gún unos, se remonta a la más alta antigüedad, mientras que, según otros, es relativamente bastante más moderno. La redacción que ha 'ne– gado a nosotros data de los primeros siglos de la Era Cristiana, aunque el fondo de la obra es, a lo menos en gran parte, mucho más antiguo Cf. WEis, l. c., pág. 31, nota 3. 1/f

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