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CERTIFICADO MEDICO PREMATRIMONIAL 135 La Historia a su vez nos ofrece numerosos ejemplos de hombres ilustres que se distinguieron por su virtud o por su ciencia, a pesar de su constitución enfermiza y al– gunos llenos de taras. Eritre los santos, baste citar a San Pablo, a quien sus adversarios le echaban en cara su ruin estatura (1); al Papa San Gregario VII, de muy pequeña ta– lla (2), y a San Juan de la Cruz, de quien Santa Teresa de Je– sús decía: «que aunque es chico, entiendo es grande en los ojos de Dios» (3). A éstos añádanse los nombres de «Pla– tón, Esopo, Pope, que eran jorobados; Leonardo de Vinci, Handel, Walter Scott, Gounod, que eran tullidos; Leibnitz, que tenía la espalda abultada; Lord Byron, Pergolese, Ta– lleyrand, que tenían el pie deformado; Dickens, que sufrió parálisis infantil; Verlaine, que era tullido casi por com– pleto; Sarah Bernhardt, que tenía un solo pie; Gotz von Berlichingen, que era manco; el almirante Nelson, que era tuerto; Pericles y César, que tenían una cabeza en forma de cebolla; Cromwell, que tenía el cuello corto; Alejandro Magno, que lo tenía contorsionado; Goethe, que tenía los pies cortos, y Napoleón, cuya talla no era más de metro y medio» (4). No olvidar tampoco a nuestro inmortal Cer– vantes, el manco de Lepanto, a Espronceda y a Becker. (1) JI.ª a los Cor., X, 10. (2) Véase Vita, Epistolae et Decreta Gregorii Papae VII, en MANSI, Sacrorum Conciliorum Nova, et amplíssima Collectio, tom. XX, col. 56. (3) Véase Obras de Sta. Teresa dP Jesús, editadas y anotadas por el P. SILVERIO DE SANTA TERESA, tom. VII, Epistolario, carta X, Burgos, 1922, pág. 30. (4) TIHAMER TóHT, l. c., pág. 51.
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