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IV.-Rég-imen de la Tercera Orden «§ r. Confraternitates et piae uniones, in propriis ecclesiis erectae, functiones non paroeciales, serva– tis servandis, independenter a parocho exercere pos– sunt, dummodo ministerio paroeciali in paroeciali ecclesia non noceant. § 2. Idem servetur etiam in casu quo paroecia erecta sit in ipsa confraternitatis ecclesia. § 3. In dubio utrum functiones confraternitatis ve! piae unionis noceant, necne, ministerio paroe– ciali, ad Urdinarium loci spectat jus decidendi, itemque statuendi practicas normas servandas». Este canon se refiere a las confraternidades JI pías wtioizcs, pues se encuentra en la parte De COll– _fi·atcrnitati!ms et piis u!lionibus, entre las que, como ,;e sabe, no estún comprendidas las Terceras Úrde– nes; pero por analogía puede ser aplicado, en virtud del can. 20, a las Terceras Úrdenes. Por tanto: r) las hermandades erigidas en las iglesias propias pueden celebrar, sin contar con el párroco, las funciones no parroquiales, pero con tal que no pe1judiquen al mi– nisterio parroquial; 2) lo mismo se ha de decir, cuan– do en las iglesias J;rofiias de los terciarios está eri– gida una parroquia. Al ()rdinario del lugar pertenece decidir si la ce– lebración de las funciones no parroquiales causan pe1juicio al ministerio parroquial. Se entiende por funciones parroquiales las reser– vadas al pürroco en virtud del can 462 (r). (1) El can. 4/,2 prescribe: «Functiones parocho reservatae sunt, nisi aliud jure caveatur·

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