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64 Primera Purte.-De la Tercera Orden como Asociación las determinaciones que cada asociación erigida en persona moral toma en los capítulos que celebra. Tratándose de las Terceras ()rdcnes, esta termi– nología varía un poco; pues los estatutos en los que sc determina la organización y el régimen general de las Terceras Órdenes se llaman ng!a (can. 702 1 8 I ), denominándose estatutos las prescripciones posteriores emanadas de los Superiores regulares y que obíigan a todas las hermandades que les estún sujetas o a gran parte de ellas. Nor11Zas son las de– terminaciones que cada hermandad torna en los ca– pítulos. No hay duda que la n.g!a de la Tercera Orden, por estar aprobada por la Santa Sede, no est:í suje– ta a la aprobación y corrección del Ordinario dd lugar. Somos de parecer que tanto los estatutos dicta– dos por los Superiores como lus 1wn1ws e¡ ue se da cada hermandad en los capítulos no estún tam– poco sujetos a la aprobación y currecci<Ín del Ordi– nario del lugar, siempre que en ellos no se traten puntos en los que no tiene jurisdicción el Ordinario del lugar; pero si en dichos estatutos y normas se tratasen puntos en los que la Tercera ( lrden está sujeta al Ordinario del lugar, en lo tocantt~ a ellos estarían sujetos a la aprobación y correcciém del Ordinario dd lugar ( I ). En este últímo caso, si los (I) \'éase también C,moNAT.\, Il Ter:corciinc fr,rnccsr,m,;, pág. 94, n. 3j. FANFANI, l. c., pág. 535, !l. 535, es de opinión que los estatutos y normas de las Terceras Úrdenes no aproba-

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