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16 Primera Parte.-De la Tercera Orden como Asociación personas morales, constituyen un verdadero colegio, poseen bienes temporales y celebran capítulos en los que eligen administradores de los bienes y los que han de desempeñar otros cargos, v. gr., minis– tros, etc.; es decir, las asociaciones que hacen uso de los derechos concedidos por el can. 697, § 1, y en las que, además, los miembros son admitidos por la imposicion de algún signo especial, como hábito, escapulario, etc. Y llaman asociaciones in01gánicas a las que carecen de hecho de estos requisitos o, por lo menos, de la mayor parte de ellos ( I ). (1) Esta división en asociaciones orgdnicas e i11orgd12icas ¿coincide con la anterior, de suerte que asociación orgánira sea lo mismo que asociación erigida en persona moral, y que toda asociación inorgánica sea una persona colectiva? No faltan razones para afirmarlo. En electo, toda asociación que es persona moral es, por su naturaleza, persona moral co– legial. Ahora bien, una persona moral colegial tiene su presi– dente, puede celebrar capítulos y elegir los que han de desem– peñar los cargos, y puede poseer bienes, según se desprende de los cánones 101, 691 y 697. Esto no es otra cosa que estar cons– tituida orgdnicamente. Además, según el can. 697, § 1, parece ser que toda asociación que está erigida, y por tanto, es persona moral, constituye un sodalitium; «Associationes legitimi e1 ec:– tae, dice el citado canon, jus habent... edendi peculiares normas quae ipsum sodalitium respiciant>. Ahora bien, sodalitium se llama a la pía unión conslituída orgánicamente. No obstante estas razones, parece ser que la división de aso– ciaciones en orgdnicas e inorgánicas no coincide con la divi– sión en personas morales y en personas colecthoas. En efecto, aunque es verdad que toda asociación que es personacolecth•a,o sea, que está aprobada, es inorgd!lica, por no poder, como he– mos djcho antes, poseer bienes ni hal,'.er QSO de los derechos con-