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8 Primera Parte.-De la Tercera Orden como Asociación Sacra propediem, del 6 de enero de I 92 I: «Jesum Christum imitando, ejus factus est simillima om– nium effigies et imago» (1). Y casi las mismas pala– bras emplea Pío XI en la encíclica Rite expiatis, del 30 de abril de 1926: « Videtur turnen nullus fuisse, in quo Christi Domini imago et evangelica vivendi for– ma similíor, quam in Francisco, atque expressior eluxerit» (2). Este mismo espíritu comunicó San Francisco a su Primera Orden. La regla principia por estas pa– labras: «La regla y vida de los Frailes Menores es ésta, conviene a sater: guardar el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo» (cap. I). Y en el Testa– mento del Seo. Padre se leen estas palabras: « Y des– pués que el Señor me dió cargo de frailes, ninguno me enseñaba lo que yo debía hacer, mas ese Altísi– mo me reveló, que debía vivir según la forma del Santo Evangelio, y yo simplemente en pocas pala– bras lo hice escribir, y el Señor Papa me lo confir– mó». Conforme a este ideal, de imitar a Jesucristo, San Francisco inculca a sus frailes las principales virtudes del Evangelio, como 1 a negacicfn de sí 1nis– mos, mandándoles que no se apropien cosa alguna de este mundo (cap. VI); la lzumildad, exhortándolos a que se guarden de toda soberbia y vanagloria (cap. X) y poniéndoles por nombre Frailes Menores; la penitencia, obligándolos a rigurosos y continua– dos ayunos (cap. III), a que se vistan de vestiduras (1) Acta Apostolicae .Sedis, vol. XIII (1921), pág. 40. (2) Acta Apostolicae .Sedis, vol. XVIII (1926), pág. 154.