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4 Primera Parte.-De la Tercera Orden como Asociación qui sub propria regula, ab hac Romana Sede appro– bata, cum novitiatu, professione, et habitu, sub cer– tis modo et forma, prout ceteri Ordines tum regula– res, tum militares, at alibi hujusmodi consueverunt, dispositus reperitur, fuisse semper et esse decerni– mus et declaramus» ( 1). León XIII en la encíclica Misericors Dei Filius, del 30 de mayo de 1883, en la que adapta la regla de la Tercera Orden de San Francisco a las circunstancias de los tiempos, tiene buen cuidado de advertir: «Quo tamem facto nihil demptum de ipsa Ordinis natura putetur» (2). Final– mente Benedicto XV en la encíclica Sacra propediem, del 6 de enero de 1921 1 dice también: « Ordinemque ,1eri nominis instituit Tertiariorum» (3). Estas declaraciones se han de entender en el sentido de que la Tercera Orden es una orden sectt– lar. Y estaría en un error el que creyese que la Ter– cera Orden es una ordeu re!zi;iosa en sentido estric– to del can. 488. Verdad es que Pío XI en la encícli– ca Rite expiatis, del 30 de abril de r t)26, la llama re– lziiosus Ordo; pero del contexto se infiere que no fué su intención afirmar que la Tercera Orden es (1) Bullarium Romaimm, Augustae Taurinormn, 1857 y ss., tom. XXII, pág. 287. . (2) Leonis XIII Acta, vol. 11, Brugis et Insulis, 1887, pág. 12. Véase también a este propósito en MoccHEGIANI, O. F. l\L, Collectio Indulgentiarum, Quaracchi, 1897, pág. 738, n. 1529, una declaración del mismo Pontífice a los Ministros Generales de la Orden Seráfica, en una audiencia concedida el día 7 de ju– lio de 1883. (3) Acta Apostolicae .Sedis, vol. XIII (192 1), pág. 34-
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