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Apéndice I do; y, en seguida, profesando en la Orden debida– mente, prometerá cada cual guardar la Ley de Dios, ser obediente a los preceptos de la Iglesia y satisfa– cer si faltasen a lo que han profesado. CAPÍTULO II Norma de vida § 1. 0 Los individuos de la Tercera Orden, desechando toda elegancia excesivamente lujosa en el porte y vestido, observarán la moderación que a cada cual le corresponda. § 2. 0 Se abstendrán con sumo cuidado de bailes y espectáculos peligrosos, y también de concurrir a banquetes licenciosos. § 3.º Serán frugales en el comer y en el beber, y no se sentarán a la mesa sin hacer a Dios piadosa invocación, ni se levantarán sin darle gracias. § 4. 0 Ayunarán la víspera de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y del Padre San Francisco; siendo muy dignos de alaban– za los que guardaren ayuno los viernes y abstinen– cia de carne los miércoles, según la antigua costum– bre de los Terciarios. § 5.º Confesarán sus pecados y se acercarán a la Sda. Mesa todos los meses. § 6. 0 Los Terciarios clérigos que diariamente rezan el Oficio divino no estún obligados, como ter-