BCCCAP00000000000000000000479
148 Segunda Parte.-De los terciarios en particular go, como toda ley, tiene que obligar en conciencia a culpa o, al menos, a pena. Ahora bien, en el cap. III, § 5, de la misma Regla se advierte que sus prescrip– ciones no obligan a culpa: «In his legibus si qui for– te quid deliquerint, hoc se nomine culpam susce– pturos nullam sciant, exceptis iis quae jure divino Ecclesiaeve legibus alioqui praecipiuntur» (1); luego obligan, por lo menos, a aceptar la pena que fuere impuesta a los transgresores; por eso en el cap. I, § 4, se ordena: «si quid in iis, quae professi sunt, deli– querint, satis facturos singuli spondeant» (2); y en el cap. III, § 2, se prescribe también: «Si quem Visi– tator ad officium monendo jubendo revocarit, sive quid, salutaris poenae nomine, in quemquam decre– verit, hic modeste accipiat, idemque luere ne ab– nuat» (3). La misma fórmula de la profesión corro– bora este nuestro parecer: «prometo, además, satis– facer, según la voluntad del Visitador, por las trans– gresiones cometidas contra la misma regla» (4,1. 91. Las obligaciones propias del terciario de San (1) Leonis XIII Acta, l. c., pág. 15. (2) Leonis XIII Acta, l. c., pág. 13. (3) Leonis XIII Acta, l. c., pág. 15. (4) Véase también en pro de nuestro parecer ConoNATA, l. c., pág. 193-194, n. 71, que en la nota 4 trae en corroboración lo que se decía en la Prima Regula tertii ordinis, a saber: «In supra dictis omnibus nemo obligetur ad culpam, ita tamen quod, si poenam a Visitatore impositam ve! imponendam, bis admoni– tus a Ministris, exsolvere neg!exerit, tamquam contumax oblige– tur ad culpam». O1sY, l. c., págs. 119-120 1 n. 1:38, es de parecer contrario,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz