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11 2 Primera Parte. -De la Tercera Orden como Asociación erecta... bona temporalia... administrare potest sub auctoritate Ordinarii loci, cui rationem administra– tionis saltem quotannis reddere debet, ad normam can. 1525, minime vero parochi, licet in ejus terri– torio erecta sit, nisi aliud Ordinarius ipse statuerit» (can. 691, § 1). El can. 1525, al que remite el citado can. 691, § 1, es del tenor siguiente: «§ 1. Reproba– ta contraria consuetudine, administratores tam ec– clesiastici quam laici cujusvis ecclesiae etiam cathe– dralis aut loci pii canonice erecti aut coufraternita– tis singulis annis officio tenentur reddendi rationem administrationis Ordinario loci. § 2. Si ex peculiari jure aliis ad id designatis ratio reddenda sit, tune etiam Ordinarius loci vel ejus delegatus cum his ad– mittatur, ea lege ut aliter factae liberationes ipsis administratoribus minime suffragentur». Como este canon sólo hace mención de las cofradías, en cuyo nombre, como repetidas veces hemos dicho, no van incluidas las hermandades de las Terceras Órdenes, se podría dudar si éstas están obligadas a dar cuenta de la administración al Ordinario del lu– gar. Según nuestro parecer, las hermandades están obligadas, en virtud del citado can. 691, § 1, a dar cuenta de la administración de los bienes al Ordi• nario del lugar, porque dicho canon, independiente– mente del can. 1525, pone toda asociación erigida en persona moral, en cuanto a la adquisición y ad– ministración de los bienes, bajo la autoridad del Or– dinario del lugar, lo cual supone que a éste, siem– pre que lo reclam~, hay (1uc rendirle Ctlentas; pero,