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84 Primera Parte.-De la Tercera Orden como Asociación c) Cómo el Director y Capellán cesan en sus respectiz1os cargos. 50. No está determinado el tiempo que pueden durar en su oficio el Director y Capellún. En general no conviene mudar con frecuencia de Director; mu– chas veces la causa de que las hermandades no es– tén florecientes, es la excesiva mudanza de Directores. La cuestión presente será resuelta de diferente modo, según sea la opinión admitida acerca del nombramiento del Director y Capellán. Por los que sostienen, como nosotros (r), que el Superior es el Director nato de las hermandades y que, cuando no ejerce este cargo, a él toca nombrar su substituto, la presente cuestión tiene que ser re– suelta de la siguiente manera: a) si el Superior ejer– ce por sí mismo el oficio de Director, permanece en este cargo mientras sea Superior; h) si el oficio de Director es desempeñado por un delegado del Su– perior, dicho Director permanece en su cargo mien– tras no intervenga alguna de las causas por las que se extingue la potestad delegada, seoaladas en el can. 207, ¡:¡ r, que dice: «Potestas delegata extingui– tur, expleto mandato; elapso tempore aut exhausto numero casuum pro quo concessa fuit; cessante cau– sa finali delegationis; revocatione delegantis dele– gato directe intimata aut renuntiatione delegati cleleganti directe intimata et ab eodem acceptata; non autem resoluto jure delegantis, nisi in duobus casibus ele quibus in can. 6 r ». De estas causas la (1) Véase el n. 44.

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