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42 ter dicendum erit. in nullo abor– tu homicidium committi 1:3'.2l. AGAPITO DE SOBRA!llLLO consiguiente, en el aborto no se comete homicidio. EL PAPA BENEDICTO XIV (años 1740-1758) Parecer de los médicos para dispensar la abstinencia (DE LA BULA «LIBK\!TISSIME», DEL 26 DI<J .JU)!IO DE 17-1Ji 30. § 24. Itaque, si Medici– nae Professores arcessiti, moni– tique graviter, ut nihil a -.:-eri– tate alienum respondeant unani– me consensu fateantur (uti no– bis ipsis accidit, cum adhuc 130- noniae versaremus) morbum es– se talis naturae, qualem supe– rius commemoravimus, ita ut nulla aetas libera, et incolumis esse queat; et affirment, illis ipsis, qui ínter Cives salvi et in– tegri numPrantur, eamdem per– mciem inminere ; id praeterea conferre plurimum ad ejusmodi luem depellendam, aut evitan– dam, si turn ,wgrotantes. tum sa– ni a piscibus, et oleo, et quando– que pariter a lacte, et ovis ab– stineant, si, inquam, res ita se habeat, tum procul dubio causa sufficiens judicanda est, quae experientiae innititur, et qmw semper probata, et in posterum probancla videtur, ut nempe Po– pulus, seu Civitas integra a car– nibus abstinendi praecepto non teneatur. § 25. :)J' e q u e ulla difficultas promovere vos debet a consulen– dis Medicis, qui praestantiores habeantur. Cavendum pariter, ut quidquid revera senserint, scri– ¡,to tpstari non praPtermittant; § 2-1. Así, pues, si los profeso– res de Medicina, llamados y amo– nestados gravemente para que digan la verdad, unánimemente dijeren (como a Nos mismo nos aconteció, cuando estábamos en Bolonia) que la enfermedad es de la naturaleza que hemos di– cho más arriba, de suerte que ninguna edad pueda :,star libre e incólume, y afirmaren que el peligro amenaza a los mismos ciudadanos sanos y salvos; y además, que contrilmye mucho para alejar o evitar t a 1 epide– mia, el que tanto enfermos como s,mos se abstengan de peces y aceite, y a veces igualmente ele la leche y huevos; repito si el hecho es así, entonces sin nin– guna duda se ha de juzgar como causa suficiente, según lo ates– tigua la experiencia y así se ha comprobado y, al parecer, se comprobará en adelante tam– bién, para que toclo el pueblo o ciudad no esté obligado al pre– cepto de la abstinencia de car– nes. § 25. Ninguna dificultad os debe impedir de consultar a los médicos más eminentes. Pero se ha de procurar que emitan su parecer por escrito; faltando es- (32) DENZINGER: Enchiridion Symbolorum, núms. 1.184-1.185.
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