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14 nones: et quod sanctorum Pa– trum documento sanci tum n o n es t , superstitiosa adiventione non est praesumendum. Sponta– nea en i m confessione, vel te– stium approbatione publicata de– licta, habito prae oculis Dei ti– more, commissa sunt regimini nostro judicare. Occulta vero, et incognita illi sunt relinquenda, qui solus novit c o r da filiorum hominum. Hi autem, qui pro– bantur, vel confitentur talis rea– tus se noxios; tua eos castiget moderatío; quia si ille, qui con– ceptum in utero per abortum de– leverit, homicida est; qua n to magis, qui unius saltem diei pue– rulum peremerit, homicidam se esse excusare nequibit? (9). AGAPITO DE SOBRADILLO viendo para hacer confesar a ninguno: y lo que no está san– cionado por el testimonio de los Santos Padres no se debe presu– mir p o r medios supersticiosos. Pues a nuestra autoridad, te– niendo presente el temor de Dios, toca juzgar los delitos pro– bados por confesión espontánea o por prueba de testigos. Pero los ocultos y desconocidos deben ser dejados a Aquel que conoce los corazones de los hijos de los hombres. Mas a aquellos a quie– nes se les prueba o que confie– san que son culpables de tal cri– men, castíguelos tu moderación; porque si es homicida el que por el aborto destruye en el útero lo concebido, ¿cómo podrá ser ex– cusado de ser homicida el que matare un niño de un solo día? El divorcio por enfermedad o daflo corporal 9. Ob infirmitatem, vel dam– na corporis conjugia solvi non licet. Item Nicolaus ad Carolum M o– guntinensem-Episcopum. Hi, qui matrimonium sani con– traxerint, et u n i ex duobus amentia, aut furor, aut aliqua in– firmitas accesserit, ob hanc in– firmitatem conjugia talium solvi no n possunt. Similiter sentien– dum de his, qui ab adversariis excoecantur, aut membris trun– cantur, aut a barbaris exsecti fuerint (10). <9l C. 20, c. II, q. 5. (10) C. 25, c. XXXII, q. í. No es lícito disolver el matri– monio por enfermedad o daño corporal. El Papa Nicolás a Carlos, Obispo de Maguncia: El matrimonio de los que con– trajeron sanos no puede ser di– suelto, si posteriormente uno de ellos cayere en demencia o locu– ra u otra enfermedad. Lo mis– mo se ha de decir de aquellos a quienes sus enemigos sacan los ojos o truncan algún miem– bro o son castrados por los bár– baros.
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