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118 AGAPJTO DE SOBRADILLO de breve duración, otros graves y a veces mortales, que sigue a toda operación cruenta. Por eso vigiláis la marcha de la fiebre, la acele– ración o el retraso en las pulsaciones; pasado el peligro de las com– plicaciones, seguís atentamente la marcha de la curación; después, discretamente, os retiráis y dejáis a otros el sitio en la cabecera del enfermo para que sean testigos de su convalecencia y reciban aca– so las fervorosas manifestaciones ele su gratitud. Y, en cambio, si a pesar de vuestra prudencia, de vuestra habilidad y de vuestros cuidados, si las consecuencias del mal o porque era demasiado gra– ve o porque estaba demasiado avanzado, han sido penosas y el efecto no ha resultado tan satisfactorio como se esperaba, enton– ces no raramente las quejas, o explícitas o disimuladas, os tocarán a vosotros. Pero estando seguros, como estáis, de que vuestra res– ponsabilidad ante Dios y vuestra conciencia quedan garantizadas; estando ciertos de haber tratado a todos, especialmente a los que tienen menos, con cuidado, con moderación y con caridad, no os turbáis ni os disgustáis por la injusticia o por la ingratitud ele los hombres, aunque no podáis dejar de sentirlo. Gracias a Dios, la ingratitud y la injusticia no son regla general. Muchas veces la gratitud cordial de quien habéis salvado y de todos los suyos es para vosotros dulce recompensa. Con razón os complacéis en su delicadeza, acompañada por la grata satisfacción personal ante el feliz resultado de la operación que habéis llevado a cabo. Pero Je– sucristo, que sufre en la carne de todos los pacientes, infinitamen– te amable y bueno, os queda agradecido por los cuidados que le habéis dedicado y os bendice. Y mientras Nos pedimos que las más abundantes gracias del cielo desciendan sobre vosotros y os asista en todas vuestras in– tervenciones, con efusión de corazón os damos a vosotros, a vues– tras familias y a todos los que amáis nuestra bendición apostólica. DISCURSO DEL 9 DE JUNIO DE 1949 A LOS PARTI• CIPANTES DE LA SEMANA DE ESTUDIOS SOBRE EL PROBLEMA BIOLOCICO DEL CANCER, CONVOCADA POR LA ACADEMIA PONTIFICIA DE CIENCIAS (117) 102, Si la sobrecarga de los <leheres que pesan sobre nuestros hombros, particularmente en estos últimos tiempos, nos priva, esta vez con gran sentimiento nuestro, eminentes académicos y profe– sores, de la satisfacción de conversar con vosotros largamente, no podríamos, sin embargo, resistir al deseo de daros la bienvenida y de manifestaros el cordialísimo interés que prestamos a vuestros <Íl7) Ecclcsia, IX (a. 19-18), pág. 677.