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pJ,QlJ!RIDION DE DEONTOLOGÍA MÉDICA de la fe, a fin de que os sea dado un día el entrar para siempre en ],: luz de la gloria. ¡ Con cuánto afecto nuestro corazón pide para vosotros esta re– <.:ompensa, como prenda de la cual damos a vosotros, a vuestras fa– milias, a todos los que os son queridos nuestra bendición apostó– lica! DISCURSO DEL 25 DE MAYO DE 1948 A LOS PARTICI– PANTES EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE CIRU– CIA CELEBRADO EN ROMA (116) 101. Actuación y responsabilidad del cirujano.-Heunidos en Roma de varios países del mundo para discutir entre vosotros los diversos problemas que se refieren a la cirugía, habéis pensado, y con razón, ¡ oh, ilustres señores!, que las cuestiones ele orden téc– nico y práctico están bien lejos de agotar vuestro argumento y de que las de orden moral y espiritual se merecen vuestra atención por la importancia capital que revisten. Conscientes como sois de vuestra responsabilidad, caed en la cuenta de que ella deriva del hecho dominante de esta materia; dP que, en el ejercicio de vuestra profesión, tenéis entre las manos, bajo vuestros instrumentos, a personas humanas cuyo cuerpo vivo es digno de todo vuestro respeto y que tienen derecho a todos vues– tros cuidados. Aun cuando no esté en juego la misma vida, dispo– néis y lo sabéis perfectamente, de dos cosas grandes: la integri– dad del cuerpo humano y la misteriosa realidad del humano sufri– miento. En virtud de esta íntima convicción os sometéis a un estudio serio y constante, para estar cuidadosamente al corriente de los progresos en las ciencias anatómicas y biológicas, en los métodos quirúrgicos, que incesantemente se renuevan y se perfeccionan en provecho suyo, aunque a veces no sin peligro para ellos mismós. Para ello os sirven la lectura de los libros y de las revistas, las conferencias y los congresos, unido todo a la asiduidad en la prác– tica quirúrgica, en donde sacáis provecho de los resultados de vues– tra propia experiencia, enriquecida por las observaciones cambia– das mutuamente con vuestros colegas. Pero el simple estudio teórico, aunque pueda ser intenso, no basta si no va unido a otro trabajo, perseverante y continuo tam– bién; trabajo más interior y profundo, de formación y de adiestra– miento verdaderamente personal en el ejercicio de vuestras facul– tades intelectuales, de vuestras cualidades morales y psicológicas, (116) Ecclesia, VIII (a. 1948), págs. 863-864.

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