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106 AGAPITO DE SOBRADILLO mirando al interés común, la obligación del médico de mantener el secreto profesional, no le reconocen, sin embargo, un valor abso– luto. Efectivamente, no estaría de acuerdo con el mismo bien co– mún el que aquel secreto debiera ponerse al servicio del delito y del fraude. 95. Formac:Eón científica del médiGO y su constante perfec– cionamiento.-No querríamos, finalmente, dejar de decir una pa– labra sobre la obligación que el médico tiene no solamente de po– seer una sólida cultura científica, sino tambi6n de continuar siem– pre desarrollando y completando sus conocimientos y sus aptitu– des profesionales. Se trata aquí de un deber moral en sentido estricto, de un vínculo que liga la conciencia ante Dios porque se refiere a una actividad que toca de cerca a los bienes esenciales del individuo y de la sociedad. Este vínculo trae consigo: para el es– tudiante de Medicina durante el tiempo de su formación universi– taria, la obligación de dedicarse seriamente al estudio para adqui– rir los conocimientos teóricos requeridos y la habilidad práctica necesaria en su aplicación; para el profesor universitario, el deber de enseñar y de comunicar a los alumnos una cosa y otra del me– jor modo posible y de no conceder a nadie el certificado de capa– cidad profesional sin haberse previamente asegurado de ello con un concienzudo y profundo examen. Obrar de otra manera sería cometer una grave culpa mortal, porque expondría la salud priva– da y pública a peligros serios y daños incalculables; para el mé– dico que ya ejercita su profesión, la obligación de estar al corrien– te del desarrollo y de los progresos de la ciencia médica mediante la lectura de obras y de revistas científicas, la participación en con– gresos y cursos académicos, las conversaciones con los colegas y las consultas con los profesores de las Facultades de Medicina. Este cuidado constante de perfeccionarse obliga al médico, que ejer– cita la profesión en cuanto que prácticamente le es posible y es solicitado por el bien de los enfermos y de la comunidad. Sería un gran honor para vuestra Unión el demostrar con las obras que sus miembros no solamente no están detrás de ninguno por lo que toca a la ciencia o a la habilidad profesional, sino que se distinguen en primera fila. Así contribuirá eficazmente para despertar la confianza en los principios morales que profesa. Y como consecuencia, se seguirá que quienes deseen verdaderamente consejos útiles y sabios, asistencia idónea, tratamiento cuidadoso, por el hecho de que un médico pertenezca a vuestra Asociación, lo tendrán como garantía segura de que no han de ser decepcionados en lo que esperan. 96, Del Evangelio de San Lucas,-Lucas, a quien San Pe-

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