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-- 164 - otros, por el contrario, lo tachan de ilícito, a no ser que interven– gan causas gravísimas que distinguen con el nombre de «indica– cióm) médica, social,eugénica. Todos ésto~, por lo que se refiere a las leyes penales de la República, con las que se prohibe ocasio– nar la muerte de la prole ya concebida y aún no <lada a luz, piden que las leyes públicas reconozcan y declaren libre <le toda pena la «indicacióm, que cada uno defiende, o no faltando todavía quie– nes pretendan que los magistrados públicos ofrezcan su concur– so para tales operaciones destructoras, lo cual, triste es confesar– lo, se verifica en algunas partes, como todos saben, frecuen– tísimamente. Por lo que atañe a la <ándicación médica y tera– péutica)), para emplear sus palabras, ya hemos dicho, venera– bles hermanos, cuánto nos conmueve a compasión el estado <le ·la madre, a quien amenaza, por razón del oficio natural, el peligro de perder la salud y aun la vida; pero, ¿ qué causa podrá excusar ja– más de alguna manera de muerte directamente procurada del ino– cente? Porque de ésta tratamos aquí. Ya se cause tal muerte a la ma– <l.re, ya a la prole, siempre será contra el precepto de Dios y la voz de la Naturaleza, que clama: «No matarás), (81). Es, en efec– to, igualmente sagrada la vida de ambo;., y n1mra te11<lrá poder, ni siquiera la autoridad pública, para destmirla. Tal poder contra la vida de los inocentes nf'ciamente se quiere deducir <lel <cderecho df' vida o muerte)), que solamente puP<le ejercitarse contra los de– lincuentes; ni pue<le aquí inrncarse el -derecho <le <lefensa cruenta contra el injusto agresor (¿,quien, en efecto, llamará injusto agre– sor a un niño inocente?); ni existe el caso <lel llamado c<derecho <le extrema necesidad)), por el cual se puede llegar hasta procurar ,directamente la muerte del inocente. Son, pues, df' alabar ,aquellos honra<los y expertos médicos que trabajan por defe11<ler y conservar la vi<la, tanto de la madre como de la prole, mientras que, por el contrario, se mostrarían indignos <lel ilustre nombre y del honor de médicos quienes procurasen la mlierte <l.e una o de la otra so pretexto de medicinar, o movidos de una falsa misericordia. Lo cual verda<leramente <'stá en armonía con las palabras severas ,del obispo <le Hipona cuamlo reprende a los cónyuges depravados que (811 Exod., XX, 13.

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