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- 143 -- hacer también los promovidos al grado de doctor de Me<lfrina (24). Con el fin de que las disposiciones de la citada constitución de San Pío V sobre la obligación de los médicos de inducir a los enfer– mos a confesarse, no fueran eludidas acudiendo los enfermos a mé– <lieos judíos o infieles, el Papa Gregorio XIII, el 30 de mayo de 1581, renovó la prohibición hecha por el Papa Paulo IV de llamar en auxilio de los enfermos a los médicos judíos. El Papa Grego– rio XIII, después de recordar lo establecido sobre el particular ¡>0r ;;us predecesores, y tras denunciar cómo no se observan por el he– cho de acudir muchos cristianos a médicos judíos e infieles, deter– mina: «Por lo tanto, queriendo salir al ·paso, lo mismo a los ju– díos que se atrevan a traspasar tales mandatos apostólicos que a los cristianos que los lJaman o conceden licencia de curar y les ·prepa• rau el camino para delinquir, con autoridad apostólica y tenor d~ las ,presentes aprobamos, confirmamos y renovamos y mandamos ob– servar inviolablemente las sobredichas constituciones de nuestros predecesores, y por esta nuestra constitución, siempre valedera, para su mejor observancia, impedimos y prohibimos que en lo sucesivo llamen o admitan, hagan, concedan o permitan llamar a judíos e infieles para curar a los enfermos cristianos.)) La constitución termi– na castigando a los contraventores con excomunión y prohibición de sepultura eclesiástica (25). No obstante, pocos años más tarde, el 22 de octubre de 1586, el Papa Sixto V, entre otros privilegios concedidos a los judíos que mo– raban en los Estados pontifici-0s, les concedió también este : «Todo médico judío que obtenga nuestra licencia o de la Sede Apm;tólica, podrá libremente y sin escrúpulo de los cristianos curarlos, confor– IBE, a la licencia y asentimiento del Pontífice)) (26). b) El aborto.--EI Papa Sixto V en su eon.stitucióu Effraenatam, del 29 ,de octubre de 1588, decía que el desenfreno y audacia de algunos es tanto ccque no se arredran de matar cruelmente los fetos todavía no maduros dentro de las vísceras maternas ... y su crueldad y cruel liviandad ha ll<>gado hasta procurar venenos para extinguir \24) Bullarium Romanum, t. VII, págs. 323-27. (25) Bullarium Romanum, t. VIII, págs. 371-73. (26) Bullarium Romanum, t. VIII, págs. 788.

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