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Traducción del M. R. P. Mllícos de Escalada 33 curri al Sr. Ennes, y por su medio obtuve la deseada recomendación , con lo que nuestro viaje se arregló; tocónos sólo esperar algunos días. 16. La Asunción y la crecida del Nilo.-Entretanto se me ofreció ocasión para observar ciertos usos y costumbres de aquellas gentes. Ocurrió entonces la solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora , y yo celebré de pontifical aquel día en el convento. Y mientras la Religión católica levantaba nuestro pensamiento al cielo para contemplar la subida de la Madre de Dios y nuestra a la gloria , la ciudad del C1:1iro prepará– base para otra fiesta muy diferente , que no era ni musulmana ni cristia– na , sino puramente pc1gana: tratábase de la crecida y apertura del Nilo. Para comprender la importancia de esa fiesta nacional, conviene adver– tir que toda la riqueza y exuberancia del Egipto depende de la mayor o menor crecida del Nilo, pues, precisamente al contrnrio de lo que sucede en otros países , donde las crecidas de los ríos suelen trner desgracias , allí constituyen la vida de aquellas regiones. Ya en tiempo de los Fa– raones se solía considerar la crecida o merma de las aguas como señal de abundancia o carestía. 17. Ceremonias para la apertura del canal.--En los tiempos del paganismo, cuando el Nilo crecía, ce lebrábase esta grande fiesta con va– riedad de oblaciones y sacrificios. Entre otras muchas cosas, tomaban una doncella, y, según algunos, también un joven , los vestían con grnn pompa , y los arrojaban al río juntamente con multitud de animales de toda especie (1). Pero felizmente estos horrores cesaron después con el advenimiento de Gobiernos más civilizados , y sobre todo por la influen– cia del cristianismo, q~ucdando sólo la fiesta nacional de la crecida y apertura del río, cuyo ceremonial es como sigue: quince días antes de la apertura , se desagua el canal que partiendo del Nilo atraviesa la ciudad , y lo limpian bien de toda inmundicia. Así preparado se dispone para re– cibir la crecida de agua mediante la apertura, la cual da principio cuando las autoridades en traje de gala ha n hecho las oblaciones de costumbre. A medida que se va llenando el canal, inmensa multitud de gente viene a sus orillas para meterse y bañarse en aquellas aguas benditas. De las casas fabricadas a orillas del canal las mujeres bajan en cestitos a sus niños desde el segundo o tercer piso, como yo mismo lo ví, para bañarlos. Pasados luego dos o tres días, en que el canal se purifica de aquella agua que ha servido para los baños, llénanse las cisternas n pozos de la ciu– dad ¡.,ara el uso doméstico. 18. Ayuno del Ramaddn.-Otra de las fiestas musulmanas, muy curiosa , es la del ayuno de un mes entero, o mejor dicho, de una luna , llamado Ramadán; el cual en el año 1846 cayó en la lun a de Agosto. (1 ) Es cierto que el Nilo se tenia por una de las divinidades principales del Egipto de los Faraones. y por eso haciansele sacrificios y oblaciones. El cristianismo abolió estaq bár– baras supersticiones, pero el cristianismo neto y católico, no el reformado por;e1 cisma y la herejía. Donde predomínnron estas sectas, asi como no cesaron otras supersticiones, tam– poco el culto de los ríos. Esto mismo ví en Fasoglo, en Gasán, y después en la Abisinia, aunqu<! practicado de modo no tan ~rosero. En el país de 1,s GRllas es cosa ordinaria entre los caminantes. antes de pasar un no, arrojar a él alguna cosa, y los pobres, que no tienen nad , arrojan yerba que por allí encuentran. Pero sobre todo lo encontré en uso en Kafa, donde pasando el Goyeb en mj destierro el año 1861 acompañado de soldados, obsf:rvé en ellos ciertas ceremonias, de las que hablaré en otro lugar. 3

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