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Traducción del M. R. P. Marcos de Escalada 25 Francia en un momento de embriaguez y entusiasmo pagano, y no tuvo otro buen efecto que dar a conocer el Vé!lor militar de aquel que en tan furiosa alternativ1-1 podía salvar la desgraciada Francia del destrozo so– cial que amenazaba también a todo el resto de Europa. Semejante expe– dición, sostenida y dirigida por un gobierno católico de acuerdo con la Iglesia, harto hubiera conseguido si en vez de doblar su rodilla ante el Santún de la MeCél (como lo hizo Napoleón), hubiese formado una socie– dad católica de los cristianos ele aquel país, puesta al cuidado y solicitud de la Santa Iglesia . De esa manera el Egipto hubiera ll egado a ser en breve un estado católico , y en su mayoría de rito latino, y hoy le ten– dríamos ya poblado de colonias europeas sirviendo de vanguardia en la regeneración y civilización de todo el Oriente. Por el contrario, aquella memorable campaña no tuvo otros efectos que avivar el odio de los ma– hometanos, escandalizar a los cristianos y humi llar a Francia con una re– tirada poco menos que vergonzosa. 6. Progreso bajo Moharned Ali. - Después de la retirada de Francia, surgió Mohamecl Ali y comenzó una , nueva reorganización del Egipto en cuanto lo permitía su condición de musulmán y vasallo de la Puerta. Con la abolición del Califato adquirió autoridad suficiente para poder obrar y mostrar las habilidades de su ingenio en pro de un país caído en la barbarie. Secundado por su hijastro lbrahim Pachá, de carácter ardiente y vale– roso soldado; seguido de los europeos que llamó de todos los pé1íses, formó un ejército capaz de hacer frente en pocos años al de la Sublime Puerta . Y probablemente hubiérala vencido a no oponerse las Potencias europeas obligándola a una forzada paz, que para él siempre será glo– riosa . Durante su gobierno la Igl esia mejoró bastante, y mayor hubiera sido su fruto a la sombra del protectorado francés, entonces muy pre– ponderante en Egipto, si los ori entales del país, inclinados ya al rito latino, hubieran tenido un poco de fuerza de voluntad para emanciparse de su propio rito. Pero volvamos a Alejandría, donde dejamos el hilo de nuestra histo– ria, y basten las ideas aquí expresadas sobre el Oriente y los orientales, que muchas veces tendremos que recordar en adelante, para explicar las muchas dfficultades de nuestro largo apostol ado, así en la Abisinia como en otros lugares. 7. Visita al Virrey de Egipto - El pensamiento de mi viaje no se aparhiba un punto ele la mente, y pensé que el mejor guía y la protección más segura la encontraría en el consulado francés. Me dirigí, pues, al Sr. Barot (hermano del célebre Odillón-Barot), Cónsul general francés en Egipto y persona muy acepta a Mohamed-Alí, y él me llevó a visiiar al Virrey, entonces el héroe de Egipto y muy respetado de todas las Po– tencias europeas. Mohamed-Alí me recibió muy cortésmente, conversan– do agradablemente conmigo cerca de una hora . Nuestra conversación versó principalmente sobre la muerte del Papa Gregario XVI, a quien Mohamed-Alí estimaba mucho, y al oírme con tar todas sus circunstr.nciHs y pormenores, exclamó : «Europa acabé! de perder su ángel tutelar, la brú– jula que la guiaba por el recto camino)) _- Hablando acerca de mi viaje, me dijo que antes de marcharme a la Abisinia debía prestar el juramento

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