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226 ,\lis treinta y cinco a~os de Misión en_ la Alta Eti~_¡1!,~-- nupcias son considerados y reconocidos por la ley como legítimos here– d,·ros con pleno derecho de todos los bienes y poseciones del supuesto p,1dre. La unión matrimo111al santificada por la religión infunde tal res– peto y veneración en los ánimos de todos aquellos indígenas, que ahoga y cercc>na en germen cualquier resentimiento que de ahi pudiera origí- 1rnrse l'll las familias. 1\las addante tendremos ocasión de hablar n°peti– clas veces de esta Sllf;rte de matrin1onios y del rito con que se celebra. Aquí sólo he querido hacer notar el fundamento de la ley para explicar de algun modo la legitimidad legal de Gama-1\lonís. Advierto de paso que esos matrimonios lláma11se entre ellos "l\1,cuP. La familia de Ciama en su origen no era del país galla. Descendh, de rnza cristiana del Goyam. Pero uno de cim, untepasados se estableció en el Gudní, desposúndose con una mujer galla, tomando así carta de 11aturaleza ('.ll aquel país. Tuvo Véirios hijos pero como 110 eran de matri– rncrnios santificados por la religión, 110 se consideraban legítimos. Uni– c:1me11te uno. llamado Gochó, era el legitimo heredero de su trono (1 ). S11 familia era una de las mús ricas y poderosas dc,I Gudrú gracias a la protección de cierto noble de la familia de los Borena, que la adoptó; hered:mdo a su muerte el trono del Gudní, cuya capital era Asandabo. Su gobierno no fut'. nunca bien mirado, debido a que esos pueblos rece– hn s;t,mpre someterse a personas de origen extraño. Cuando Gama-J\lo– rús tomó las riendas del Ciobierno y aceptó a nuestra Misión bajo su <111lparo, parece que Dios le bendijo; pnes tuvo suerte en sus empresas y e11s:rncb(1 de tal manera su:; dominios, que en el afio 185G el mismo Tor– ha Ciudrú, que lºS como decir la palanca mús fuerte de aquel país. se le so:11eti(1 reinando como dueño absoluto durante muchos años. En el mo– mento en que echando en olvido sus promesas \'Olvió las espaldas a la 1\lisión católica, su poderío comenzo a (:clipsarse, permitiendo el Señor que gran parte del Gudrú se rebelara eontra él. h'.ecordó entonces sus votos y juramentos en pro de la Misión, y en carta a mí dirigida. reco– noció su error, prometiendo volver sobre sus pasos, y entonces se le sometieron de nuevo los rebeldes, reinando tranquilamenttc hasta su muerÜ', acaecida en el 18G3. Sucedióle su hijo Gochó, menos afecto a nosotros que su padre, y reinó hasta el 1870, en que murió sin sucesión, víctima de la epidemia virulenta. El cetro pasó entonces a manos de Cii– vat, descendiente de la familia Borena, que había adoptado la familia de Gama-Moriis, quien con la ayuda y socorro del Gobierno consiguió sen– tarse en el trono de sus antepasados. D. El Torba Oadrú. - Hice ya mención y tendré que hacerla en mk 0 la11te repetidas veces de el Torba Gudrú; juzgo pues oportuno y conveniente dar aqui una breve explicación de su origen y significado. En primer lugar, el nombre de Gudrú que se da a toda aquella re,gión de los pueblos gallas proviene de cierto célebre conquistador llamado Gu– dní, el cual sometió todo ese territorio echando fuera a sus legítimos (1) Alli 110 se u~an apPllitlo~. Pa1·a dbtingnirsr aco:-;lun1hra11 aüadir al 1wmlir1• propio PI df• :,;.11~ padre:-;; a::.i pOl' l'j1•1uplo, BPITH-(iochú, VorkiPw,Ja.~ú, f'(C. Los galla..: 1 H'!ll'fl tam– llién la co::.l n1nhrr- dr afiatlir al 1101uhrl' tlt>l padre Pi ¡}p ~11 primogénito. varnn o illlij1'l'. Y t'l quP 110 liPnf' hijos loma a Yere::. rl nomhrc dt.• su eahallo favorito, como Aba B,t~rHIHL

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