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:225 grato horizonte a mi nuevo apostolado, y eran prenda de segura espe– ranza en el feliz éxito de nuestra Misión. 7. Erzemi..r 4 os de la 1Wisir5rz.--1v1ny pronto se anubló el cielo de nuestras alegTías. Un correo de Zamié pedía con urgencia el regreso cid príncipe Vorkie a sa patria; pues graves acontecimientos políticos ponían en vaivt',n su reino y a punto de disolverse. Deyaché Cochó, uno de los gene•·ales rnüs prestigiosos de Ras Aly, que mandaba el grueso del ejér– cito contra Deyaché Kasü, había caído muerto en campo Je batalla, y todo su ejército prisionero. El segundo suceso se refería más directamente a nosotros. Un her– mano adoptivo del príncipe Gama-Morns, llamado Kichi, se había de– clarado en contra de la Misión, negándm,e a tomar parte en el banquete celebrado, preparando él con sus amigos otro banquete semejante en sefi,il de protesta, al que asistieron todos los musulmanes de la pobla– ción. Para conoct~r más a fondo la índole de este adversario. voy a dar una idea de la adopción entre los gallas. Es este ado muy considerado, y está muy en boga entre ellos. Las leyes del país y el pueblo en general lo miran como cosa sagrada. y jamüs osan oponerse a él. La adopción se hace sencillamente llevándose el adoptante a casa al adoptado y dündole derecho a sucederle en sus posesiones y hasta el reino, si el adoptante es rey o príncipe reinante. Pero sólo subsiste ese derecho en el caso en que el adoptante muera sin tener sucesión alguna; que si la tiene, aunque no sea legítimit. pierde el adoptado todo derecho a sucederle en el go– biernu del reino. Moras-Occote, padre de Gama, estaba casado con Dun· gui, no tenía sucesión y resolvió adoptar al hijo de un convecino para que fuera su heredero en t~l reino del Gudrú, éste fué Kichi. Mas ocurrió que Dungui, perdida la esperanza de tener hijos con el propio marido, huyó de casa, yéndose a vivir a otro país lejano, de donde al cabo de dos afios volvió para reunirse de nuevo con su legítimo esposo. Moras-Occo– te. A los pocos meses nació Gama, que, según la ley civil de los gallas, fué reconocido com'o de legítimo matrimonio y heredero por consiguiente dd trono de su padre. Kichi quedó, pues. en la simple condicion de adoptivo sin derecho ninguno a sucesión. Iie aquí explicado el secreto dé la aversión de Kíchi contra la Misión católica. Era enemigo de Gama. y, en consecuencia, opuesto a todo nrnnto éste mostraba estima o apre– cio. A los pocos dias Gama-Moras reunió el íorba Gudrú (las siete fa– milias principales del Gudrú), y declaró oficialmente que tomaba a nues– 'tra querida Misión bajo su decidido apoyo y protección. Y Kichi a su vez congregó ·a ci'tras familias declarando su pro'tec::ión a los musul– manes 8. El matrimoizio religioso. -Garna-Morüs, aunque ilegítimo he– redó a Moras-Occote pro'tegido por las leyes del país. El secreto de esa pro'tección de las leyes gallas a tales hijos radica en el aprecio que ha– cen éstos del matrimonio santificado por el acto de la religión. En vir– 'tttd de eso, los hijos que nacen de ese matrimonio, aunque conste a cien– cia cierta de su ilegitimidad, aun más, aunque nazcan después de 1 a múerite del marido, siempre que la mujer no haya pasado a segundas

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